sábado, 11 de abril de 2009

Cambiando de tema... La iglesia escupe hacia arriba, y la semana santa tuvo publicidad en Popayán por primera vez en su historia.

La iglesia escupe hacia arriba, y la semana santa tuvo publicidad en Popayán por primera vez en su historia.
http://www.eltiempo.com/colombia/occidente/le-pondran-publicidad-a-la-semana-santa-de-popayan-por-primera-vez-en-453-anos-de-historia_4897613-1

Antes de la semana santa, leía en el diario el tiempo una noticia que causó revuelo en la comunidad y la opinión pública: por primera vez en medio milenio de historia; la celebración de la semana santa en Popayán, la más popular en Colombia, tuvo que acudir a la publicidad para solventar los gastos requeridos para realizar la suntuosa celebración religiosa. Más me causó curiosidad darme cuenta que la cervecería Bavaria había comprado su propio stand para publicitar su marca, algo que me hizo recordar un sermón de las siete palabras que yo había escuchado hace dos años por una emisora de mi ciudad, en el cual el sacerdote Héctor Valencia de la Parroquia de Valvanera de Pitalito se fue lanza en ristre contra la cervecera Bavaria y doble anís, mostrando a estas empresas como fuentes de vicio y pobreza y manifestando casi directamente que estas empresas generadoras de empleo y desarrollo (obviamente hay que tomar trago con moderación) se debían de acabar una vez terminada la semana santa del año 2007. Es difícil creer que algo que no ha ocurrido en medio milenio de historia, haya ocurrido solo dos años después de que aquel sacerdote de mi pueblo se fuera lanza en ristre contra la cervecera que en este año se dio el lujo de patrocinar la semana santa en Popayán.

La iglesia católica estuvo equivocada durante más de mil años de su historia cometiendo toda clase de crímenes contra la humanidad como las cruzadas y la santa inquisición que de santa no tenía nada. En su momento, dichos crímenes estaban totalmente justificados para salvar el alma de los herejes y evitarles un dolor mayor en el fuego eterno, lugar donde terminarían si no aceptaban la doctrina de la iglesia. Tuvieron que pasar unos 500 años para que un papa pidiera perdón públicamente por dichas aberraciones, que en su momento se cimentaban en grandes verdades de la iglesia católica; verdades tan grandes que justificaban quemar viva a una persona en una hoguera por opinar diferente al dogma impuesto con sangre y espada. Juan Pablo II pidió perdón al mundo por un pecado que cuando era cometido, no era pecado; y por lo tanto las generaciones que sufrieron la tortura y la represión, y los científicos que fueron silenciados con el temor a la tortura, nunca recibieron la disculpa de la institución que oscureció al mundo durante mil quinientos años.

Y sin embargo, la iglesia sigue con sus viejos hábitos al tratar de imponer por la fuerza unos dogmas religiosos que se caen por su propio peso. Esperemos que no tengan que pasar 500 años para que algún papa pida perdón por el sabotaje reiterado de la iglesia a las campañas de salud pública, y entiendan que el celibato es para los sacerdotes y no para toda la población. El tiempo está cambiando; esperemos que alguna empresa fabricadora de condones, aproveche esta grieta que se empieza a abrir en una de las instituciones más conservadoras del mundo, que hoy en día se queja del machismo propiciado por la misma iglesia, desde San Pablo hasta los más emblemáticos santos.


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Tal vez la próxima semana santa en Popayán, veamos algún slogan publicitario que diga “Jesús perdonó a sus verdugos y a un ladrón, el SIDA no perdona; usa condón”. Más temprano que tarde, el gargajo le cae encima al quien escupe para arriba, como le pasó al padrecito de una parroquia de mi pueblo. Por suerte encontré la grabación de aquel sermón en mi archivo y he tomado un segmento de tres minutos donde el cura alcanzó a pedir el cierre de la cervecera Bavaria; la misma empresa que en esta semana santa, por primera vez patrocinó la celebración en la ciudad blanca de Colombia.



Que le sirva de experiencia a todos los sacerdotes que les gusta expresar sus opiniones como dogma infalible y palabra inequívoca de Dios; pueden estar equivocados. No olviden que Dios todo lo hizo perfecto, menos al hombre…